lunes, 4 de septiembre de 2017

Fruta Pasional


‘La tensión entre nosotros como una cerca, tienes problemas que no voy a mencionar por ahora, porque nos estamos desmoronando’ – Drake

Me desperté de muy buen humor, el día había llegado, el día en que nos íbamos a conocer con Sebastián. Amo el ritual de la primera cita. Limpieza de mi departamento: listo. Plantita nueva: listo. Mi bebida favorita para hacer tragos: listo. Limpieza de habitación (por las dudas): listo. Mis preservativos favoritos (por las dudas): listo.

Ahora faltaba estar listo mentalmente. A esta altura, soy un experto en las primeras citas, conseguí relajarme y por lo general, trato de pasarla bien y disfrutarlas. Pero esta era algo diferente, Sebastián me gustaba y quería gustarle, quería que funcione. Necesitaba que funcione. Hacía mucho que no me sentía así por alguien y sentía que con Sebastián podía comenzar algo lindo. Claro que había un obstáculo. Con él habíamos quedado en decirnos las cosas de frente siempre y desde el principio. El venía de una relación llena de mentiras y no quería pasar de nuevo por eso. Esto era un problema porque recordemos que la semana pasada mientras él estaba de viaje, estuve con Rob, el neoyorkino. Si bien no le debía ninguna explicación, él fue honesto conmigo y me dijo que en su viaje se había portado bien y me había extrañado. Yo le mentí y le dije que el sábado había ido a un cumpleaños de una amiga.

Todo esto no me preocuparía si Sebastián fuera un chico más, pero no lo era. Durante las últimas semanas, entre mensajes y llamadas, estaba claro que habíamos desarrollado sentimientos. Yo por lo menos, sentía que era alguien que me hacía sentir bien, me hacía reír, era sincero y cariñoso. Todo lo que estaba buscando en esta etapa. Por eso no entendía haberme dejado llevar por la pasión del momento y estar con Rob. ¿Acaso este auto-boicot tenía que ver con mi miedo a estos sentimientos reales?¿el miedo tiene que ver con no estar listo o con no haber superado mi relación anterior?¿estaba listo para estar con alguien nuevo?

De repente no estaba tan listo mentalmente como creía. Mientras me duchaba en estos cuestionamientos trataba de razonar que el miedo no me servía de nada. Tenía que animarme porque de lo contrario nunca iba a poder avanzar en nada. Quizás sí, haya restos de sentimientos a relaciones pasadas (leáse Sr.Q), pero si no probaba o intentaba algo nuevo nunca iba a saber si lo superé. Todo es prueba y error en la vida. Y para ser sincero, todos tenemos en el fondo alguien en la mente así, esa persona con la que nunca sucedió nada y de vez en cuando, pensamos en secreto: ¿qué será de su vida?¿cómo sería si las cosas hubiesen funcionado?¿que estará haciendo en este momento? Esa relación que no fue, ese amor no correspondido. Como siempre digo: ¿acaso no estamos siempre superando a alguien? El timbre me saca de ese pensamiento, de repente no estaba para nada listo: literalmente, tenía el pelo mojado y estaba a medio vestir. Me apuro lo más que puedo.


Camino a la puerta me pongo nervioso, esos pasos hasta el encuentro se sienten fuerte en el cuerpo. La emoción, el nerviosismo y la tensión se hacen ensalada en el pecho. El me espera con una sonrisa gigante. '¡Hola Pibe!' me dice con una sonrisa gigante, nos reimos. Instintivamente me tira los brazos para un abrazo, me relajo en sus brazos. Me pregunto si puede escuchar mi corazón latiendo re fuerte en mi clavícula. Todo va a estar bien.

Caminamos al supermercado. Sebastián quería cocinarme y quedamos en ir a comprar las cosas juntos y cocinar en mi departamento. Mientras caminamos no tengo idea de que hablábamos, conversar era sólo una excusa para observarnos. Observé que estaba algo nervioso porque le temblaba la voz, aún así sonreía mientras hablaba porque se daba cuenta que lo estaba inspeccionando. ‘Te estás mordiendo el labio’ me dice. Me rio porque es verdad, eso me pasa cuando me gusta alguien. Esto va a funcionar.

En el supermercado, nos veo desde afuera y somos una pareja de años eligiendo cosas para cenar en nuestra casa. El tenía en mente hacerme tallarines con verduras. Por lo general no soy fanático de las pastas, pero en ese momento era fanático de Sebastián, además, ¿por qué no probar algo nuevo?. Mientras elije los tomates, me doy cuenta de lo sexy que es. En oferta, está el maracuyá, lo llevo para agregarle a los tragos. En la fila de la caja el me cuenta algo sobre su trabajo, yo sólo quiero darle un beso para que se relaje. El me sonríe porque siente que lo observo. ‘¿Qué pasa?’ me pregunta pícaramente. ‘Nada’, le digo, pero quiero decir TODO.


Si pensé que no podía ponerse más sexy, me equivocaba. Nada más sexy que verlo cocinar. Le ayudo con las verduras y la música de fondo. Me cuenta de su fin de semana de viaje, trato de evitar que me pregunte por el mío. Tenemos unos minutos mientras se cocinan los tallarines. ‘¿Me imaginabas diferente?’ me pregunta. ‘No’, y era cierto, era todo lo que esperaba que fuera. Hasta es sincero en eso. ‘Me encanta este tema’ me dice, es uno de Justin Bieber. La inercia nos acerca, dejo de morderme los labios para ir por los suyos. Nos besamos contra la pared del pasillo, un rato largo. El se sale del beso, está preocupado por la comida.

Nos sentamos a cenar y me hace preguntas sobre mí, mi familia, mi trabajo, mis amigos, me pregunta si vivo solo. Le digo que sí, en teoría con mi hermano, pero hace años que convive con su novia y solo viene de vez en cuando a buscar ropa. Me pregunta si me gustó la comida. Le digo que sí, estaba rica de verdad. No sé si porque era algo nuevo o porque la había hecho él, pero tenía un sabor especial.

Habíamos quedado en ver una serie, un episodio de la serie Looking, todo era una excusa para tirarnos en el sillón. Pero primero voy a preparar los tragos, algo nuevo, era ponerle maracuyá. Le cuento que en inglés se le dice fruta pasional. ‘Mirá vos’ y se rie. Le hago probar un trago. Le encanta.


Nos tiramos a ver la serie. Habíamos hablado de este momento, de ver una serie juntos, tirados en el sillón y haciéndonos caricias. Todo estaba saliendo perfecto. Me pregunta si se puede acercar a mi lado, le digo ‘Por supuesto’. Nos acariciamos. De pronto, un ruido de llaves. Mi hermano, inoportunamente apareció por la puerta. Sebastián salto hacia el otro lado del sillón. Me quiero morir un poco, mi hermano nunca viene de noche, pero era una emergencia. Le digo que se tranquilice, que mi hermano sabe todo. El se queda un poco tenso, eso hace que le prestemos atención a la serie. En la serie una pareja se plantea sobre abrir la relación. Me pregunta que opino sobre eso. Le contesto que tendría que hablarlo mucho y también le digo que nunca llegué a una relación tan larga como para pensar en eso. El me dice que le parece que él no podría hacerlo, siente que es arriesgarse a que las cosas se confundan y eso llevaría a las mentiras. Me quedo pensando en mi mentira. Esa era la oportunidad de decirle y quizás nunca iba a tener otra oportunidad. Le pongo pausa a la serie y se lo digo. Le cuento que estuve con Rob y su cara se le transforma. Le expliqué que, aunque no tenía porque darle explicaciones, quería que supiese la verdad. Se queda un rato en silencio. Terminamos de ver la serie en silencio. Me pregunto si está pensando que esa mañana cuando no le respondí fue porque estaba con él. Sentía como todos esos pensamientos le pasaban por su cabeza.


Mi hermano se va, la serie termina. ‘Te quedaste mal’ le afirmo. Me dice que está todo bien, pero siente que más allá de la mentira, que no le gusta para nada, sentía que estoy ‘en otra’. Que me gusta tener citas con extraños y tener sexo y salir con amigos y que el ya pasó esa etapa. Que no es lo que está buscando y parece que yo sí. Que seguramente esperaba tener sexo esa noche y el no es así, quería ir más despacio. Trato de convencerlo de que no es así, pero mis acciones de toda la noche decían lo contrario. No puedo argumentarle nada. Me dice que se tiene que ir, que era tarde y tenía que trabajar temprano al otro día. En la puerta nos damos un largo abrazo y lo que parece un beso de despedida. No lo quiero soltar. De repente siento todo lo opuesto de hace unas horas. 'Nos vemos, pibe', me lo dice, pero sé que es mentira. Me duele todo, tengo ganas de llorar. Lo arruiné.


Empiezo a dudar y pensar en lo que me dijo. Si Sebastián vio en mi cosas que yo no veía. Si en realidad no quería una relación seria o si no estaba listo. Si tenía sentimientos reales hacia él o no. Si arruiné todo a propósito por miedo. Si en realidad no le gusté y lo tomó como una excusa para escaparse. Hasta dudaba de los efectos afrodisíacos del maracuyá. Más tarde investigué por qué le dicen fruta pasional, nada tenía que ver con la pasión sexual o romántica, sino porque los conquistadores españoles vieron en su flor los clavos, la corona y las cinco heridas de La Crucifixión. Ahora el sabor amargo y el dolor que sentía, tenían mucho más sentido. Perdí a Sebastián y estaba todo mal. Tristeza y ganas llorar: listo.

Escrito Por Pablo M. Acuña

Pregunta para el foro: ¿Perdonarías una mentira o engaño al principio de una relación?

6 comentarios:

Agus TinTin dijo...

ta dificil che, lo que pasa es que cmo es al principio como que no hay nada seguro de ambas partes, no saben si quieren relacio o solo garche, yo creo que depende del compromiso de cada uno

Rocco dijo...

Inevitablemente al principio de la relación siempre mentimos un poco porque queremos hacer buena letra.

Alejandro dijo...

Es complicada la situación de la nota, porque es un caso especial. Yo que te leo siempre no creo que lo que hayas hecho esté mal, ni siquiera se conocían y todo estaba confuso entre ustedes. Si fuera cualquier otro estaría del lado de Sebastián, pero en este caso me parece que quisiste ser honesto y te salió mal. Saludos Pablo, excelente nota como siempre.

ADICTO dijo...

QUIERO QUE TE PERDONEEEE, QUE TE DE OTRA OPORTUNIDAD!!! CUANDO SIGUE?! DONDE? COMO?!?!!!

Fercho dijo...

Siempre me siento identificado con lo que escribis y me gusta mucho como lo haces, parece que estoy viendo una pelicula. Te felicito.

Realista dijo...

Yo que vos no le decía nada y no tenías este DRAMON. Me parece que lo hiciste a propósito...nada, eso.